CIVO
ACTIVIDAD


Gestión eficiente de los residuos orgánicos y minerales no peligrosos.
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En CIVO, el proceso comienza con la admisión y pesaje de residuos orgánicos y minerales no peligrosos para su mezcla y/o tratamiento. Los residuos aceptados se caracterizan por tener características físicas y químicas que les confieren el potencial de ser aplicados directamente en la agricultura, a través de la valorización agrícola directa, o tienen el potencial de integrarse en un proceso de digestión aeróbica (compostaje), con el fin de obtener un abono orgánico.
En ella se puede recibir una amplia gama de residuos orgánicos (ver Residuos Permisibles ):
- Lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas e industriales;
- Residuos de la industria agroalimentaria;
- Residuos de las unidades de procesamiento y preparación de alimentos;
- Materias orgánicas no aptas para el consumo o la transformación (sacrificio);
- Residuos de granjas porcinas, gallineros, entre otros;
- Estiércol animal y estiércol (cerdos, aves de corral, ovejas);
- Residuos de actividades domésticas y municipales, resultantes del mantenimiento de jardines y parques;
- Residuos de actividades forestales, biomasa procedente de desmontes forestales.
Dependiendo de su origen, estos residuos pueden tener una textura más fina o más gruesa, así como diferentes niveles de humedad y también tener diferentes características químicas, que deben ser conocidas y evaluadas.
El proceso de mezcla, para la constitución de las células, obedece a reglas y cuidados específicos, ya que su rigor influye en todo el proceso y, en consecuencia, en las características del producto final.
Una vez finalizado el proceso de compostaje, el compost se tamiza y se envía a madurar, para posteriormente pesarlo y enviarlo a su destino final.





